Los pasados días 8, 9 y 10 de junio se ha desarrollado en Euskadi la “prueba de acceso a la universidad” (PAU) más conocida como selectividad. Además de los trastornos que ya son conocidos al someter a una presión brutal a los estudiantes que se juegan en un examen la nota media que les permita acceder a la carrera que quieren estudiar, la de este año ha sido una tenaz prueba de nervios a los compañeros que veían con impotencia preguntas a las que era imposible dar respuesta,

debido a una errónea formulación de la misma, errores en la traducción del texto de euskera a castellano, datos que se incluían en el problema totalmente irrelevantes para la solución del mismo que sólo servían para crear confusión, o incluso preguntas que no se encontraban entre el temario o los libros de texto que los estudiantes habían estudiado de cara al examen. Esto en definitiva impedía llegar a la nota de corte de muchas facultades como medicina, odontología, enfermería, etc.
Este hecho motivó cuadros de ansiedad entre los jóvenes haciendo que muchos de ellos lloraran con rabia e impotencia al acabar el examen.

Tras las múltiples quejas de estudiantes y profesores que comprobaron estas irregularidades y pedían su impugnación, la UPV ha salido al paso diciendo que no evaluará la pregunta mal enunciada en el examen de química de selectividad a aquellos alumnos que les perjudique, manteniéndosela a aquellos que les beneficie y “lamentando el daño causado a los estudiantes”.

Desde el Sindicato de Estudiantes denunciamos estos hechos y,  a través de esta amarga y negligente experiencia, continuamos defendiendo la supresión de la selectividad. Cualquier estudiante que apruebe segundo de bachillerato ha demostrado suficientemente su capacidad para cursar cualquier estudio superior. Esta prueba constituye un filtro más para impedir que los estudiantes hijos de trabajadores tengamos acceso a estudios superiores, mientras que la universidad privada hace un negocio redondo con esta situación, ya que el que no puede acceder a una carrera en la universidad pública, puesto que la nota de corte exigida se lo impide, no tiene ningún problema para tener una plaza en la privada que no utiliza las notas de corte, únicamente debe “satisfacer” el importe de sus matrículas millonarias…

De la misma forma es un escándalo que haya “numerus clausus” en carreras como medicina, enfermería y muchas otras, que impiden que muchos estudiantes puedan formarse en estudios vocacionales tan importantes, pidiendo notas de corte altísimas para filtrar y limitar el acceso, cuando hay necesidades sociales imprescindibles que deberían ser cubiertas con urgencia.
¡No sobran licenciados! Como demuestran las largas listas de espera y la falta de personal en la sanidad pública.

Los estudiantes no somos responsables de los errores que consciente o inconscientemente haya cometido la UPV formulando este examen. Por tanto, como solución a los problemas creados y de los que somos víctimas,  exigimos que todos los estudiantes que han padecido esta situación, accedan en primera opción a la carrera deseada, y si no hay plazas suficientes en este momento, se habiliten las medidas necesarias para abrirlas antes de que inicie el curso en el mes de septiembre.

 

-    NO A LA SELECTIVIDAD. ACCESO DIRECTO A LA UNIVERSIDAD AL APROBAR EL BACHILLERATO O CICLOS DE GRADO SUPERIOR. ACCESO EN PRIMERA OPCIÓN.
-    NINGUNA SELECCIÓN ECONÓMICA. TASAS GRATUITAS Y SISTEMA DE BECAS AMPLIO QUE CUBRA TODOS LOS GASTOS.
-    INCREMENTO DEL PRESUPUESTO EDUCATIVO PARA CREAR PLAZAS UNIVERSITARIAS PÚBLICAS QUE SATISFAGAN TODA LA DEMANDA. NINGUNA SUBVENCIÓN A LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS.