Isabel Celaá, la consejera de Educación del gobierno vasco, presentó en noviembre los proyectos de nuevos decretos que entrarán en vigor el próximo curso. Los cambios principales son producto de aceptar los postulados del españolismo más rancio del PP.
En su primera página plantean que el euskera deje de ser la lengua
principal: "para facilitar un bilingüismo integrador (...) desde el
respeto a la libertad de elección de las familias, se establece el
necesario aprendizaje de las dos lenguas oficiales". La realidad es
precisamente la contraria; cualquier alumno acaba la enseñanza
obligatoria sabiendo hablar perfectamente castellano, pero no euskera.
El 41% de la población de Euskadi no sabe euskera. A esto hay que
sumarle la mayor presencia del castellano en casi todos los ámbitos de
la sociedad. En estas condiciones, reclamar la "igualdad" no es una
consigna progresista, significa todo lo contrario, que el castellano
mantenga su preponderancia.
Las medidas contra el euskera forman parte de un ataque generalizado contra los derechos democráticos en Euskal Herria. En esos decretos se plantea, por ejemplo, eliminar el término "Euskal Herria" de los libros de texto. El ataque a los derechos democráticos siempre ha sido el patrimonio de la derecha, tanto del PP como de la derecha vasca, PNV, que cuando estuvo en el gobierno se empleó a fondo en la negación de derechos utilizando cuando consideraban oportuno a la Ertzaintza creada por ellos. En el caso del euskera ocurre igual. Ahora lloran lágrimas de cocodrilo, pero en los treinta años que estuvieron en el poder no solucionaron la situación del euskera. Es más, estableciendo los tres modelos (A, B, D) nos dividieron a los estudiantes; haciendo, salvo para los de modelo D, imposible un verdadero aprendizaje del euskera. Establecieron el euskera como lengua principal en la educación por ley, pero al mantener los modelos, no supuso ningún cambio.
Euskera en la escuela pública, en un único modelo que no nos divida y que garantice el conocimiento de la lengua
El gobierno del PSE debería romper con el PP y defender los derechos democráticos de Euskal Herria, entre ellos el euskera. Recientemente el PP en Galicia ha presentado un decreto contra el gallego que ha provocado una repuesta masiva de la comunidad educativa. El PSOE en Galicia apoyó esta movilización. En Catalunya, donde el PSOE gobierna en coalición hay un solo modelo, impartiéndose todas las asignaturas en catalán y garantizando así su aprendizaje. Esto impide dividir a los estudiantes y a la clase obrera por el idioma. De hecho, la derecha siempre busca elementos para dividir y de esta manera debilitar a la clase obrera, como podemos ver con la criminalización de los inmigrantes.
Para que ni el euskera ni la enseñanza en general sean un privilegio (a la par que un negocio para otros) la educación tiene que ser completamente pública. De la misma manera, los euskaltegis (centros de aprendizaje del euskera) y los cursos para adultos tienen que ser gratuitos. Los trabajadores deberían tener la posibilidad de aprender euskera en el horario de trabajo, sin reducción de sueldo. También se debería realizar una potente inversión para ofrecer periódicos, libros, películas, etc. en euskera. Pero sabemos que los capitalistas invierten para obtener beneficios, no para satisfacer necesidades sociales o potenciar la cultura. Por eso, creemos necesario vincular la lucha por el euskera a la lucha por una educación pública de calidad y también a una lucha contra el capitalismo.
Por todo esto Ikasle Sindickatua-Sindicato de Estudiantes apoyó y particiipó en la manifestación convocada por la Plataforma Euskal Herria Bere Eskola el día 13 de marzo en Bilbao, en contra de los decretos y a favor del euskera. Creemos que para tener más fuerza esta manifestación tiene que ser entendida como un primer paso de un plan de lucha más amplio y que además vincule estas reivindicaciones a una lucha a escala estatal contra el pacto educativo y las concesiones a la derecha, y en defensa de una enseñanza pública de calidad.