http://sindicatodeestudiantes.org/images/fotosarticulos/estrella_roja.jpgLa derecha españolista (PP, UPyD, Ciutadans) siempre ha utilizado el tema de la lengua con el ánimo de dividir y enfrentar a la clase trabajadora en líneas nacionales, para crear confusión y desviar la atención de los acuciantes problemas sociales hacia la defensa de la “sacrosanta unidad de España”, mostrando su desprecio característico hacia toda manifestación cultural diferente de “su idea de España”, como el uso de las lenguas catalana, vasca y gallega.
Es el desprecio que destilan las palabras del candidato del PP al Parlamento europeo, Mayor Oreja, cuando alaba a su abuelo por prohibir a sus hijos que hablarán el euskera para que “no se encerrasen en el granero”.

Pero todos los intentos del PP, de la formación de Rosa Díez o de Ciutadans por azuzar un conflicto por el tema de la lengua en Catalunya, con la ayuda de la COPE, El Mundo y compañía han sido en balde. La clase trabajadora en Catalunya (con un componente muy importante procedente de la inmigración de otras zonas del Estado) ha identificado claramente ese discurso anticatalán con el franquismo y la derecha más reaccionaria y fascista que se tuvo que sacudir de encima durante la transición. En el contexto de la lucha contra la dictadura y por los derechos democráticos, los partidos y las organizaciones obreras, como los sindicatos, lucharon por una escuela pública en cada barrio, por la mejora de la sanidad, por mejoras en los barrios, que carecían de todo tipo de equipamientos sociales. La escuela que se reclamaba iba, por descontado, ligada a la reivindicación de la enseñanza de la lengua catalana y de la escolarización en catalán. Los dirigentes del PP (herederos de la derecha franquista) hacen ver que no se acuerdan de la represión que padeció la lengua catalana y toda manifestación cultural que se hiciera en esta lengua durante el franquismo, pero la clase obrera de Catalunya (aunque muchos fueran nacidos en otras zonas del Estado) sí que se acuerda. La generación que protagonizó las manifestaciones y las huelgas en contra de la dictadura, se acuerda perfectamente.

La polémica que el PP intenta crear por enésima vez, ahora con motivo de la 3ª hora de lengua española que fija la ley estatal, en Catalunya no tiene ningún eco. Lo intentan igualmente con el discurso de que no hay libertad para elegir la escolarización en un centro público con una lengua diferente a la catalana. A parte de que no existe realmente esa demanda entre los trabajadores, el hecho es que lo que están planteando conduciría a una doble red escolar (una en catalán y otra en castellano), que se sumaría a la doble red que ya existe actualmente (escuela pública – escuela privada-concertada). En definitiva, conduciría a la segregación de los alumnos en líneas lingüísticas, algo que la clase obrera, acertadamente, rechaza de manera contundente.

Volviendo a lo de la 3ª hora de lengua española, que el PP, UPyD y otros no se cansan de denunciar que se incumple en Catalunya, los hechos demuestran la tergiversación atroz que llevan a cabo para presentar un cuadro completamente irreal y falso. En el periódico El País del pasado 14 de mayo (edición de Catalunya), por ejemplo, aparecía un breve reportaje en el que se recogía de una manera bastante fidedigna cómo se aplica la tercera hora de castellano en las escuelas. Mientras que en un pueblo donde el 99% de los alumnos son catalanohablantes se potencia el castellano con una tercera hora semanal, en una escuela de El Prat de Llobregat, donde no hay niños catalanohablantes, lo que hacen es potenciar el catalán y, en cambio, no necesitan la tercera hora de castellano. Y son los padres y madres los primeros que quieren que así sea, en un lugar y en el otro, porque de lo que se trata es de no crear guettos, ni de segregar en líneas lingüísticas o culturales, y de que se adquieran los conocimientos necesarios para poder incorporarse plenamente en la sociedad.