¡Únete al Sindicato de Estudiantes!
Desde el inicio del curso 2020-2021 en septiembre, tanto el Ministerio de Educación como las distintas Consejerías de Educación se han negado en poner en marcha medidas contundentes para frenar la ola de contagios por la Covid-19 en nuestros centros de estudio. Su solución para volver a la presencialidad sin poner en marcha el plan de rescate a la educación pública que necesitamos - con una contratación masiva del profesorado y la bajada urgente de las ratios - ha sido obligar a “abrir las ventanas” para que las aulas estuvieran ventiladas.
Como era de esperar, quienes estamos pagando las consecuencias de esta desidia y este abandono somos estudiantes, profesorado y trabajadores de los centros de estudio, que estamos teniendo que pasar las horas lectivas a 2, 3 o 5 grados centígrados –cuando la propia Ley Orgánica de Educación recoge que la mínima es de 17 grados–, tapados con mantas, con los abrigos puestos, con guantes, bufandas y gorros.
La borrasca Filomena ha agravado todavía más este desastre. En plena ola de frío, que está dejando las temperaturas más bajas en décadas (llegando incluso a 17ºC bajo cero), con ciudades y localidades enteras colapsadas por la nieve. Nuestras aulas se han convertido en auténticas neveras donde pasamos todo el día, evidentemente sin eliminar el riesgo de contagiar/nos igualmente. ¿Qué tipo de educación es esta en la que se nos condena o a enfermar por el virus o a coger una pulmonía?
Por supuesto, no hay ningún plan para adaptar nuestros centros de estudio a estas condiciones meteorológicas drásticas. Por poner un ejemplo, en la Comunidad de Madrid –que sigue paralizada ante la incompetencia e incapacidad del Gobierno de Ayuso– las clases están suspendidas hasta el lunes 18 de enero por el temporal. Las imágenes de árboles que han caído impidiendo el acceso a los centros, techos que se han derruido, entradas de colegios e institutos que siguen cubiertas por el hielo… han llenado las redes sociales. Incluso el Ayuntamiento de la capital solicitará la declaración de zona catastrófica. ¿Y cuál es el plan? ¡Ninguno! ¿Qué volvamos a nuestras aulas y sigamos abriendo las ventanas?
A las ridículas medidas adoptadas para frenar la curva de contagios en nuestros centros se suma la falta de infraestructuras, de materiales y de servicios en la escuela pública. Unas carencias que no han llegado con la pandemia ni con la borrasca, sino que se han profundizado durante años: calefacciones que no se encienden, ventanas que no cierran bien, techos que se caen a trozos, barracones donde una climatización adecuada es una utopía y se nos condena a hacer clase con mucho frío en invierno y mucho calor en verano.
Desde el Sindicato de Estudiantes sabemos que la trágica situación que hoy vivimos en nuestros centros tiene responsables. El Ministerio de Educación se ha negado a aumentar el presupuesto para la enseñanza pública, ha mirado hacia otro lado ante su responsabilidad y ha dejado todo en manos de las CCAA, que a su vez tampoco han tomado ninguna medida efectiva más allá de seguir las indicaciones del Ministerio de Educación respecto a la ventilación de las aulas. Están poniendo en riesgo a millones de estudiantes, docentes y a nuestras familias.
Continuamos con 25 o 30 alumnos por clase, no hay personal para ejecutar los protocolos sanitarios ni enfermeros y enfermeras en los centros, nuestros profesores tienen que hacer malabares para poder explicar el temario en estas circunstancias… Los y las estudiantes de la escuela pública decimos basta. No podemos soportar más este estado de cosas donde se vulneran todos nuestros derechos.
Por eso exigimos al Ministerio de Educación las siguientes medidas inmediatas:
1. Acabar con el frío en nuestras aulas. Acondicionamiento de los sistemas de calefacción y climatización en los centros públicos. Rehabilitación de todos los edificios e instalaciones con problemas estructurales y construcción de miles de institutos públicos para acabar de una vez por todas con los barracones.
2. Plan de rescate urgente a la escuela pública: bajada de las ratios a 15 alumnos por aula, contratación de 165.000 profesores para garantizar el desdoblamiento de los grupos. Máquinas para renovar el aire en todos los centros públicos, así como la provisión de mascarillas, guantes, geles desinfectantes y todos los materiales sanitarios necesarios
3. Medidas para proteger a la juventud y a las familias trabajadoras. Garantizar nuestro derecho a la salud dentro y fuera de las aulas. Sanidad pública y acceso a los hospitales y centros de salud para todas las familias. Nacionalización de las eléctricas para que todos los recursos vayan destinados a luchar contra la pobreza energética y que nadie quede expuesto a la Covid ni al frío.
Desde el Sindicato de Estudiantes animamos a todos los y las estudiantes a organizar actos de protesta en los institutos, paros, concentraciones en el patio o en la puerta del centro, leer este manifiesto en clase…. para denunciar este terrible atropello. Para ello os animamos a contactar con el Sindicato de Estudiantes de vuestra ciudad o provincia y os ayudaremos a organizar todas las acciones necesarias.