La única manera de echarla atrás es con la movilización en la calle

Ayer conocíamos la noticia de que el Tribunal Constitucional ha avalado la LOMCE rechazando el recurso que presentó el PSOE ante el Tribunal en 2014 por “vulnerar el derecho a la educación de todos y en igualdad de condiciones”.

Lo que de facto avala el Tribunal Constitucional con esta sentencia es la segregación de los estudiantes en todos los aspectos posibles. Por un lado avalando la existencia de itinerarios desde los 14 años, con la única intención de acelerar el abandono de los estudios superiores de muchos estudiantes. Y por otro avalando la existencia y financiación por parte del Estado de las escuelas privadas y privadas-concertadas que segregan a los alumnos por sexo, la mayoría en manos de la Iglesia católica.

Pero esa no es la única concesión que la LOMCE y ahora el Tribunal Constitucional regalan a la Iglesia católica. Otro de los puntos defendidos en esta sentencia es precisamente el de la asignatura de religión como asignatura evaluable con puntuación para las pruebas de acceso a la universidad. De hecho, según datos de la propia Conferencia Episcopal, casi 2,2 millones de alumnos de infantil a bachillerato cursaron esta asignatura en centros públicos españoles durante curso 2016-2017. Pero además, desde la aprobación de la contrarreforma educativa del PP,  la cifra de matriculados en bachillerato se ha incrementado un 76%, pasando de 73.603 alumnos a 129.639.

Esta sentencia del Constitucional no es solo un regalo a la Iglesia católica, sino también al  Partido Popular. En este momento en que el Pacto de la Educación ha quedado retratado como la maniobra del PP con el apoyo de Ciudadanos para intentar asegurar la continuidad de la LOMCE y la política salvaje de recortes a la enseñanza pública, la posición del Constitucional es muy clarificadora.

Que la justicia se ponga del lado del PP ha dejado de sorprender a nadie después del retroceso de los derechos democráticos tan salvaje en todo el Estado que está liderando el PP amparándose en el aparato judicial. Lo hemos visto con la represión a golpe de porra en Catalunya y los presos políticos, con la persecución a raperos y titiriteros, con la impunidad de la que gozan los elementos fascistas…. Pero ahora volvemos a ver cuál es el uso que hace el PP de la justicia y el carácter reaccionario del aparato judicial con nuestra educación. Esta sentencia del Constitucional respecto a la LOMCE, da el visto bueno a la segregación de los estudiantes por razones económicas y de sexo, a la obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica en nuestras escuelas, al recorte de más de 10.000 millones de euros que ha impuesto el PP desde 2012, al despido y precarización sin cuartel de nuestros profesores, etcétera, etcétera…

Esta sentencia vuelve a dejar claro el uso que hace el PP de la justicia para avalar todas sus decisiones. Por eso, la única manera posible para acabar con la LOMCE, la privatización de la universidad pública y con el gobierno de corruptos, ladrones y franquistas del PP no es a través de aritméticas parlamentarias ni de tribunales que les amparen, sino con la movilización de los y las jóvenes y trabajadores en las calles para exigir que se cumplan las demandas de la comunidad educativa y se retiren todos los ataques del Partido Popular a las familias trabajadoras.  

¡Con movilización, sí se puede!