Declaración de la Comisión Ejecutiva del Sindicato de Estudiantes
La semana pasada asistimos a un espectáculo deplorable y sin precedentes en ningún país europeo. Cuatro ministros del gobierno del PP entonaron a pulmón batiente el famoso himno fascista de la legión, “El novio de la muerte”, ante la procesión del Cristo de la Buena Muerte en Málaga: la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, el de Interior, Juan Ignacio Zoido y, para cerrar cartel, el de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, actual portavoz del gobierno de Rajoy.
Respondiendo a las preguntas de la prensa, el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, defendía la actuación de los ministros justificando que este cántico fascista “forma parte de nuestras tradiciones culturales”. No, señor Hernando, hacer apología del franquismo y del fascismo no tiene nada que ver con la cultura.
La canción “El novio de la muerte” adquirió fama a raíz de que el fundador de “La Legión”, el militar ultraderechista José Millán-Astray, íntimo amigo y colaborador de Franco, lo utilizase como himno de este cuerpo militar. La Legión tiene una larga “tradición” en la represión contra el pueblo marroquí —cuando las tropas africanistas del Ejército español ocupaban a sangre y fuego Marruecos—, en el asesinato de cientos de mineros en Asturias en 1934, y destacar por ser especialmente sanguinario en el exterminio de la población civil durante la guerra civil.
Sí, este himno simboliza las atrocidades cometidas contra miles de personas inocentes por el Ejército franquista, y tiene el honor de servir de fondo musical al hecho de que el Estado español sea el segundo país del mundo con más fosas comunes después de Camboya. ¿Estas son las tradiciones culturales que reivindica el Partido Popular?
Pero hablemos más de cultura. El fundador de La Legión, Millán-Astray, además de ser uno de los más crueles golpistas del 18 de julio, también se hizo celebré por el enfrentamiento que protagonizó, el 12 de octubre de 1936, contra el por entonces rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno. Con motivo de un acto en el paraninfo de la universidad salmantina, y tras asistir a un desfile de obispos y militares que ensalzaban el ideario franquista y hablaban de Catalunya y Euskal Herria como “dos cánceres en el cuerpo de la nación” y ser la “anti –España”, Unamuno tomó la palabra para reprobar estos discursos. “Venceréis, pero no convenceréis” les dijo, a lo que Millán-Astray, levantándose de su asiento, gritó: ¡España, una, grande y libre! ¡Que mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!
Es un auténtico escándalo que estas sean las tradiciones que defiende el PP y su ministro de Educación y Cultura. Es inaceptable que Iñigo Méndez de Vigo haga esta apología hiriente del fascismo, mofándose de los cientos de miles de personas que fueron masacradas por sus grupos de choque, como la Legión. Sencillamente, la exaltación del fascismo y del franquismo debería estar prohibida y penada por la ley.
La involución democrática que representa este gobierno es muy grave. Es de una hipocresía repugnante que el PP nos hable de “democracia” y de “Estado de Derecho”, mientras atacan brutalmente la libertad de expresión y encarcelan a raperos, golpean a la gente que se manifiesta pacíficamente en Catalunya en defensa de sus derechos democráticos, o proponen asignaturas que exaltan al Ejército, la monarquía y los símbolos de la reacción.
Desde el Sindicato de Estudiantes exigimos la dimisión inmediata del Ministro de Educación y Cultura Iñigo Méndez de Vigo. La educación pública de este país no puede ser dirigida por una persona que alardea sin ningún pudor del ideario franquista. También emplazamos al grupo parlamentario de Unidos Podemos y del PSOE, y a la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública, a que apoyen esta exigencia. No podemos permitir más tiempo esta situación.
5 de abril de 2018