El 22 de Marzo de 2014, cientos de miles de personas procedentes de todos los puntos del Estado Español llenaron las calles de Madrid convocadas por las Marchas de la Dignidad. Lamentablemente, como en tantas otras veces, lo que era una manifestación totalmente pacífica y combativa, sufrió la intervención de los antidisturbios de la Policía Nacional, que cargaron contra la manifestación cuando Diego Cañamero se dirigía a la misma. Esta intervención, totalmente injustificada, se saldó con varios heridos y casi una centena de detenidos, entre ellos varios menores de edad.
Ese fué el caso de Emilio Cao, un joven estudiante de O Carballiño, para el que ahora la fiscalía pide 5 años y 8 meses de prisión y 600€ de multa por un supuesto delito de agresión y atentado contra la autoridad. Todo esto, cuando numerosos videos muestran como Emilio es detenido de forma bestial, tirado contra el suelo y aplastado contra el mismo con un escudo. Y es que, como hemos visto tantas y tantas veces, la verdad no tiene cabida en las comisarías y en los juzgados, ni en Galicia, ni en el resto del Estado como muestran los casos de Alfon, Andrés Bódalo y tantos otros condenados en procesos que no tienen un ápice de justicia.
Sin embargo, todos estos casos no son una rareza propia del Estado Español, porque aunque sin duda el gobierno neofranquista del PP le da un toque especialmente feroz a la represión, es un fenómeno que traspasa fronteras. En Irlanda, 27 personas del barrio dublinés de Jobstown están siendo juzgadas por parar durante 2 horas el coche de la vicepresidenta, en Estados Unidos la represión brutal e injustificada e incluso el asesinato contra las comunidades negras son un fenómeno diario… Todos estos casos son consecuencia de un sistema económico que defiende con los métodos más diversos el beneficio económico de unos pocos, y si para defenderlo es necesario reprimir y castigar hasta las últimas consecuencias cualquier muestra de protesta, que así sea.
Como bien dice Emilio en una entrevista a eldiario.es, "si me condenan, me destrozarían la vida por completo", no solo porque haya iniciado sus estudios en la Universidad y el coste que supone la matrícula, los materiales y mantenerse en una ciudad alejada del apoyo de su familia; un gasto que nadie le va a indemnizar en caso de condena; sino porque 5 años de cárcel echan al traste los planes vitales de cualquiera. En realidad, una condena de este calibre para una persona que en el momento de los hechos era menor y que además no tiene antecedentes de ningún tipo, tiene un único objetivo: amedrentar a los colectivos en lucha tratando a quienes luchan como auténticos criminales contra los que caerá todo el peso de la Ley (mordaza).
¡¡EMILIO CAO ABSOLUCIÓN!!
¡¡ABAJO LA LEY MORDAZA!!
¡¡LIBERTAD PRESOS POLÍTICOS!!