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Sin lugar a dudas, la jornada de ayer, 5 Julio, ha sido un día histórico tanto para los jóvenes y trabajadores griegos como para la clase trabajadora en todo el planeta. El resultado del referéndum sobre la aceptación, o no, de los recortes por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario internacional, y la Comisión Europea, ha dejado clara la voluntad de lucha y el nivel que han alcanzado los acontecimientos en el país heleno. Tras duros años de recortes, pauperización y sufrimiento, la experiencia del pueblo griego se ha revelado de una forma contundente: los chantajes, las mentiras y las campañas mediáticas ya no surten el efecto que los poderosos desean, ya no engañan a nadie. La respuesta que ha dado el pueblo griego es clara: no queremos ni un recorte más, no aceptamos que se acabe con nuestros derechos y condiciones de vida. Los jóvenes y trabajadores griegos no quieren la Europa de los grandes banqueros y capitalistas, sino la de la lucha unida de los que en Grecia, en el Estado español y en todos los rincones de Europa defendemos un modelo social en beneficio de la mayoría.

 En torno a este referéndum se jugaban muchas cosas. Los grandes poderes económicos griego y europeo buscaban dar un revés a Tsipras, a su gobierno y al conjunto del pueblo griego. Querían poner en tela de juicio el resultado de las últimas elecciones el pasado 25 de Enero en las que la formación de izquierdas - Syriza - había logrado la victoria en base al “Programa de Salónica” - un programa que plantaba cara a la austeridad con una alternativa de izquierdas -. Para propiciar la derrota del gobierno, los poderosos han lanzado una campaña feroz para inocular el miedo entre los trabajadores recurriendo a todos los mecanismos a su alcance: encuestas amañadas, imágenes falsas de desabastecimiento, una campaña mediática bochornosa por el SI a nivel internacional, un corralito en los bancos provocado por el Banco Central Europeo y una línea común en toda la estrategia: hacer pensar al mundo entero que Grecia se enfrentaría al abismo si ganaba el NO, que el caos y la catástrofe se harían con el poder de la situación si se dejaba al gobierno aplicar el programa de la izquierda que durante todos estos años se ha defendido en las calles. 


Toda la derecha internacional y los llamados partidos socialistas han formado parte impulsora de la campaña por el SÍ, el Sí a aceptar más recortes, el Sí a recortar las ya de por sí bajas pensiones de los más mayores, el Sí a continuar esquilmando los recursos públicos en beneficio de una minoría de privilegiados. Pero todas las mañas que han utilizado para confundir y amedrentar no han servido para nada. La catástrofe que decían asolaría Grecia es la que ya viven millones de helenos como consecuencia de las políticas y recomendaciones de la Troika. Un desempleo galopante, la devaluación sin precedentes de los salarios y las pensiones, la destrucción de los servicios públicos y la ausencia total de un futuro digno para la juventud. En todo este tiempo, los que manejan los hilos en el país han seguido haciéndose ricos y más ricos a costa de la miseria que se extendía entre los hogares de los trabajadores: la norma ha sido la evasión de cientos de millones de euros a sus cuentas secretas en Suiza y otros paraísos fiscales, y los pagos multimillonarios que los bancos alemanes, franceses y británicos han seguido recibiendo en todo este tiempo por los créditos concedidos a los gobiernos griegos que hasta la victoria de Syriza han aplicado con mano dura todas estas medidas. Los 22 puntos de diferencia que el NO ha sacado frente al SÍ son un revés sin precedentes a estas políticas del expolio y del chantaje.

Esta victoria es un ejemplo de dignidad y combatividad para todos los jóvenes y trabajadores que luchamos por transformar la sociedad en todos los rincones del planeta. Las recetas de la Troika para Grecia no difieren en nada de las que los grandes banqueros y capitalistas tienen para la clase trabajadora en todo el mundo. En el Estado español el PP defiende a ultranza que los recortes nos están haciendo salir de la crisis, aunque en nuestro día a día no veamos ni un ápice de esa recuperación que sólo existe para las élites y los oligarcas de siempre. El pueblo griego ha dado una lección tremenda y después de esta gran demostración de fuerza tan impresionante sólo hay un camino que pueda mejorar la situación de los jóvenes y trabajadores griegos. Ese camino es el de adoptar medidas contundentes para avanzar hacia la transformación social, rompiendo con el capitalismo y luchando por una sociedad socialista. No es momento de hacer concesiones a los que han sido duramente derrotados en este referéndum, y que sólo defienden los intereses de una minoría de grandes privilegiados a costa del sufrimiento de todo un pueblo. Los trabajadores griegos han hablado con contundencia. ¡Ahora hay que llevar su palabra a la práctica y cumplir su voluntad!

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos manifestar todo nuestro apoyo y nuestras felicitaciones a los millones de jóvenes y trabajadores que han luchado de forma incansable en las calles de Grecia para cambiar el rumbo de la situación. Su ejemplo vuelve a poner encima de la mesa lo que aquí también cantamos en las manifestaciones: ¡la lucha es el único camino!

¡Que viva la lucha de los jóvenes y trabajadores griegos!
¡Sí se puede!