protesta baltimore"Vivimos en una era de revolución y la revuelta del negro americano es parte de la rebelión contra la opresión y el colonialismo que ha caracterizado a esta época.... Es incorrecto clasificar la revuelta de los negros simplemente como un conflicto racial del Negro contra el Blanco como un problema puramente americano. Más bien, estamos hoy viendo una rebelión mundial de los oprimidos contra los opresores, los explotados contra los explotadores”. Malcom X

La muerte a manos de la policía del joven Freddie Gay, de 25 años, ha sido el último detonante de indignación y rabia social entre la comunidad afroamericana. En las pasadas semanas se han vivido movilizaciones pacíficas de miles de personas, con disturbios minoritarios durante las noches, a las que el gobierno Federal ha respondido con más represión por parte de la policía, deteniendo a centenares de personas, decretando el toque de queda y lanzando a la Guardia Nacional (un cuerpo militarizado) a patrullar las calles, con helicópteros y tanquetas tomando las calles durante una semana, estableciendo en la práctica una ley marcial.

Mientras los grandes medios de comunicación, patrimonio de grandes millonarios como Rupert Murdoch, dueño de cadenas como Fox y Sky, magnifican los disturbios, criminalizando a los jóvenes que están hartos de su situación, a la vez que derraman lágrimas de cocodrilo por la propiedad privada destruida, ocultan de una manera vergonzosa la realidad de las condiciones de vida en los barrios afroamericanos de Baltimore.

El “tercer mundo” en el primero

El diario El País describía hace unos días las diferencias entre los barrios negros de Baltimore y los barrios blancos:

“Comparando estos barrios con otros de la ciudad como Roland Park, las diferencias se hacen aún mayores; las tasas de criminalidad, pobreza y desempleo entre 20 y 30 veces mayores, renta media 5 ó 10 veces menor, con 1/6 de la población en libertad condicional (sin tener en cuenta los que están en prisión), 15 años de esperanza de vida menos y tres veces más mortalidad infantil.”[i]

Esta situación no es exclusiva de Baltimore. En general en EEUU, el porcentaje de población pobre afroamericana dobla la media nacional (28,1% frente al 15,9%), la tasa de paro también es el doble entre la población negra, y el salario que tienen es un 33% menor que la media.[ii]

A esta escandalosa situación se añade la salvaje represión policial. Unhombre de raza negra tiene seis veces más posibilidades de ser encarcelado que uno blanco, y 2,4 veces más que uno latino[iii], seis de cada cien están en prisión (frente a dos de cada cien de media) y el 34% de los varones han pasado por la cárcel alguna vez en la vida (frente al 12% de media).

Estas, y no otras, son las causas profundas por las que se dan estallidos sociales como el de Baltimore.

Llueve sobre mojado

Pero Baltimore no es más que un episodio más en la larga lista de casos de brutalidad y racismo policial, que son respondidos con importantes estallidos sociales. La muerte por asfixia de Eric Garner en Nueva York, la de Walter Scott en Oklahoma o la de Michael Brown en Ferguson el verano pasado son algunos de los casos más recientes. La situación ha llegado a tal tensión que desde hace meses las movilizaciones de denuncia se suceden por todo el país.

Lejos de ser casos aislados de violencia policial, “algunas manzanas podridas”, los asesinatos por parte de la policía son el último eslabón de un sistema político, judicial y social orientado a mantener y perpetuar la discriminación a los afroamericanos, y por extensión, al resto de minorías (latinos, asiáticos…). Según los datos de la Oficina de Estadística Judicial (BJS por su siglas en inglés), la policía mata de media a 928 personas cada año[iv], 412 en lo que llevamos de 2015.[v] En la ciudad de Ferguson, el 88% de los casos en los que la policía usaba la violencia era contra ciudadanos afroamericanos.

Acabar con el capitalismo para acabar con el racismo

El racismo perdura porque es útil para los intereses de la clase dominante. Son los únicos beneficiados de la división de los trabajadores en líneas de raza, de religión o de cualquier otro tipo. Esta discriminación les permite sobreexplotar y recortar derechos y condiciones laborales en una parte de la clase trabajadora, para posteriormente extender esos recortes al resto.

La primera victoria electoral de Barack Obama, en el año 2008, fue precedida de una oleada de entusiasmo entre los jóvenes, y especialmente entre la población negra, que pensaban que el hecho de tener el primer presidente negro de la historia, un presidente “que les entendiese”, iba a ser un paso definitivo en la lucha contra la discriminación. Siete años después, nada ha cambiado. Las reformas cosméticas no sirven de nada para eliminar la discriminación. 150 años después de la abolición de la esclavitud y más de cuarenta después del pleno reconocimiento de sus derechos civiles, los afroamericanos y el resto de minorías siguen estando muy, muy lejos de alcanzar la igualdad. La igualdad formal, aunque necesaria, no sirve de nada si no va acompañada de la igualdad económica real.

Estados Unidos, que se vende como la recuperación económica sólida, que marca el camino para lo que debería hacer Europa, es una demostración de que la recuperación económica es solo para unos pocos. En el otro lado, millones de trabajadores pobres se encuentran en un círculo de pobreza y exclusión para mayor beneficio de una minoría explotadora. Mientras el futuro de la población siga siendo la pobreza y la discriminación, estallidos como el de Baltimore se seguirán produciendo.

La discriminación racial no es solo un problema de los Estados Unidos. Campañas fascistoides como la del Xavier García Albiol, el actual alcalde de Badalona por el Partido Popular, presumiendo de estar “limpiando Badalona”, son ejemplos de cómo la derecha intenta introducir el veneno del racismo, en este caso hacia los jóvenes y trabajadores inmigrantes, los mismos con los que compartimos centro de estudio, barrio, y el día de mañana, puesto de trabajo. Los hijos de los trabajadores debemos luchar incansablemente, día a día y en todos los ámbitos, contra el racismo, la xenofobia, y el sistema que los crea: el capitalismo.

 


 

 

i http://elpais.com/elpais/2015/05/04/ciencia/1430735350_821550.html

ii Datos extraídos de http://blackdemographics.com/

iii http://sentencingproject.org/doc/publications/inc_Trends_in_Corrections_Fact_sheet.pdf#page=5

iiii] http://www.theguardian.com/us-news/2015/mar/04/police-killed-people-fbi-data-justifiable-homicides

iiiii http://killedbypolice.net/