El Sindicato de Estudiantes en la primera línea de la defensa de la escuela pública

La primera huelga general de toda la comunidad educativa, desde la educación infantil a la universitaria en toda la historia reciente, ha sido un éxito tremendo. Los índices de paro entre el profesorado en su conjunto en todo el Estado superaron el 80%, una cifra impresionante que es, en sí misma, una nueva demostración de cómo los trabajadores están dispuestos a luchar con fuerza contra unos ataques que no tienen precedentes en los últimos 35 años. Durante el día de ayer en las calles de todo el Estado se pudo sentir de nuevo un clamor social contra los recortes del Gobierno del Partido Popular y en defensa de la escuela pública, con centenares de miles de jóvenes, padres, profesores y población trabajadora en general inundando las principales avenidas de las grandes ciudades.

El paro entre los estudiantes de secundaria y universidad estuvo incluso por encima de las impresionantes cifras de movilización del profesorado, dejando las aulas de los institutos y las facultades completamente desiertas. Durante las semanas previas, desde el Sindicato de Estudiantes repartimos miles de hojas llamando a la movilización de la juventud a lo largo y ancho de todo el Estado, percibiendo ya en ese momento el fuerte impacto que seguro tendría la movilización educativa. Lejos de la imagen interesada que los grandes medios de comunicación tratan de vender constantemente para criminalizar y desacreditar a la juventud, los jóvenes hemos vuelto a demostrar un alto grado de compromiso, conciencia y disposición a la lucha en defensa de una escuela pública y de calidad.

Sin lugar a dudas las movilizaciones más multitudinarias que se dieron en el día de ayer fueron las de Barcelona y Madrid con más de 150.000 asistentes en cada una de ellas. En Barcelona, cuando la movilización ya se había desconvocado, toda la Vía Laietana continuaba colapsada, y en Madrid, el Paseo del Prado entre la Ronda de Atocha y la Cibeles, con sus cinco carriles y aceras, llegó a estar completamente colapsado durante mucho tiempo. Aunque estas dos fueron las movilizaciones más numerosas, no fueron las únicas que congregaron a decenas de miles de personas, en Málaga por ejemplo más de 30.000 profesores, estudiantes y trabajadores tomaron las calles de la ciudad en una improvisada manifestación que desbordó por completo la calle Larios y paralizó la ciudad durante varias horas. Mientras tanto en Sevilla más de 70.000 personas se hicieron con el centro de la ciudad, como sucedería en Oviedo con más de 30.000 manifestantes y Valencia con otros 60.000.

Un curso entero de movilización de la juventud

Desde que se iniciara el curso en Septiembre de 2011 los jóvenes y los profesores no hemos dejado de estar movilizados contra todos los ataques y recortes que los diferentes gobiernos autonómicos del Partido Popular han venido llevando adelante en este tiempo. De esta forma el curso se iniciaba con el nacimiento de la Marea Verde -miles de profesores, madres, padres y estudiantes participando activamente en las movilizaciones en defensa de la escuela pública-. Entre los meses de septiembre y diciembre los sindicatos de profesores convocaron 8 huelgas en la educación secundaria madrileña, movilizaciones que fueron respaldadas por otras 10 convocatorias de huelga por parte del Sindicato de Estudiantes – siendo 8 de ellas conjuntas con nuestros profesores-, y que sirvieron para dejar claro cómo profesores, madres, padres y estudiantes estábamos unidos contra unos recortes salvajes. Pero ya en el mes de Octubre desde el Sindicato de Estudiantes señalamos que el ataque en Madrid era el mismo que en Galicia, Castilla-La Mancha, Navarra o Catalunya, además de ser un anticipo de lo que sucedería a nivel estatal con la llegada al Gobierno del Partido Popular. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes, a parte de las 8 huelgas conjuntas con el profesorado, convocamos el día 6 de Octubre una jornada de huelga estatal en secundaria que fue un verdadero éxito con decenas de miles de jóvenes en las calles de todo el Estado para exigir la retirada de todos los ataques habidos hasta el momento.

Una vez pasado el mes de enero y reiniciado el curso, tan pronto como en el mes de Febrero, desde el Sindicato de Estudiantes convocamos en el País Valenciano, para el día 16 de ese mes, una huelga estudiantil contra los cortes de luz, calefacción y falta de materiales básicos que en más de 65 centros de estudio públicos se estaban produciendo de manera sistemática. La multitudinaria manifestación del 16 de Febrero, con más de 20.000 estudiantes de secundaria en las calles de Valencia, fue precedida el día anterior por una represión feroz contra los estudiantes del IES Lluis Vives que protestaban pacíficamente contra el abandono que estaba sufriendo la educación pública en su conjunto.

sindicatAnte la brutalidad policial ejercida durante varios días contra jóvenes de entre 14 y 18 años que defendían una escuela pública de calidad, desde el Sindicato de Estudiantes no nos lo pensamos dos veces, y lanzamos un llamamiento a los jóvenes de todo el Estado para que el día 29 de Febrero se convirtiese en una jornada de solidaridad con nuestros compañeros valencianos y contra los recortes que ya se habían generalizado de una manera más evidente. Nuevamente esta fecha sirvió para que más de 100.000 estudiantes en todo el Estado salieran a la calle a defender sus derechos más elementales y a mostrar la enorme solidaridad que todo el mundo tenía con los jóvenes valencianos brutalmente reprimidos.

Pocos días después de acabar esta impresionante movilización, se anunció por fin la convocatoria de Huelga General por parte de CCOO y UGT para el día 29 de Marzo, algo que desde el Sindicato de Estudiantes recibimos con gran entusiasmo, pues entendíamos que era la única forma de hacer frente a un gobierno que sólo se caracteriza por llevar adelante políticas en favor de grandes empresarios, banqueros, especuladores y defraudadores en general, en detrimento de los intereses de la mayoría de la sociedad.

Sin lugar a dudas, y aunque las movilizaciones previas habían sido muy fuertes, en ese momento hicimos el mayor de los esfuerzos para contribuir de la mejor manera posible al éxito de la jornada de Huelga General. Para cumplir este propósito repartimos más de 150.000 hojas en unos 500 institutos y facultades de todo el Estado llamando a la participación activa en la Huelga General, además de realizar más de 150 asambleas con la participación de miles de jóvenes.

Cuando los efectos de la impresionante jornada de la Huelga General todavía no habían desparecido, el Partido Popular anunció los ataques más graves a la educación y sanidad públicas desde la caída de la dictadura franquista. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes inmediatamente planteamos a las direcciones de CCOO y UGT la necesidad de convocar una Huelga General de toda la comunidad educativa lo antes posible, y les propusimos que fuera el día 10 de Mayo. Aunque en esta primera fecha no se pudo concretar la Huelga, sí planteamos que ese día se convirtiera en una jornada de lucha estatal en defensa de la educación pública, algo que fue apoyado por las dos centrales sindicales y por la CEAPA. Para ese día desde el Sindicato de Estudiantes organizamos manifestaciones y concentraciones en más de 30 localidades llamando a la organización y la participación de las próximas citas de movilizaciones que ya se habían anunciado y que tratamos de difundir lo más ampliamente posible: el aniversario del 15M el 12 de Mayo y la Huelga General de toda la comunidad educativa el 22-M.

Hay fuerza para frenar los ataques. Por una Huelga General de 48 horas

Todas estas movilizaciones más que multitudinarias en las que profesores, padres, estudiantes y trabajadores hemos participado de manera activa durante estos meses, son una clara demostración de cómo hay fuerza y ganas de sobra para desarrollar un plan de lucha y movilizaciones ascendentes, que tomen como punto de partida la exitosa Huelga General del pasado 29 de Marzo.

Desde esa fecha a esta parte el Partido Popular, lejos de rectificar su política de ataques y agresiones a los trabajadores y capas más desprotegidas de la sociedad, ha hecho todo lo contrario. En este tiempo ha ido aprobando recortes sin precedentes contra la sanidad y educación públicas, servicios que son esenciales para millones de personas en todo el Estado, a la vez que ha entregado a manos llenas miles de millones de euros a una minoría. En este tiempo hemos visto como a Bankia y otras entidades se les han inyectado 10.000 millones de euros de dinero público (la misma cantidad que se ha recortado a Sanidad y Educación), cómo a la Iglesia Católica se le siguen perdonando el pago de impuestos millonarios, que todos los demás sí pagamos, y con los que se recaudarían 3.000 millones de euros (precisamente el mismo valor del recorte a la educación pública aprobado por el PP), o cómo la derecha se niega a rebajar los presupuestos, también millonarios, designados a la Casa Real y que recientemente hemos podido comprobar cómo se gastan en lujosos viajes a países exóticos. Como decíamos en la convocatoria del pasado 22 de Mayo: “Recortes para jóvenes y trabajadores, millones para banqueros y especuladores”

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Es por eso que desde el Sindicato de Estudiantes pensamos que si el Gobierno ha continuado desoyendo el auténtico clamor contra sus políticas de recortes, ataques y beneficio a los más privilegidados, es más necesario que nunca redoblar la intensidad de la protesta de jóvenes y trabajadores. Para ese propósito la convocatoria de una Huelga General de todo el sistema productivo de 48 horas, paralizando por completo la actividad económica en todo el Estado durante dos días y dejando claro que somos la inmensa mayoría los que no aceptamos estas políticas que nos pretenden devolver a unas relaciones laborales y de acceso a los servicios públicos propias de los años 60, sería la mejor manera de obligar a retroceder a la derecha en el gobierno. Realizando asambleas masivas en los centros de trabajo y estudio, organizando comités de huelga integrados por jóvenes y trabajadores en todos los barrios y organizando una verdadera rebelión social contra la mayor agresión a nuestras condiciones de vida en varias décadas, desplegaríamos una fuerza imparable contra un gobierno cada vez más aislado y que, más allá de las apariencias que trata de infundir, es sumamente débil.