(A continuación publicamos un artículo sobre las redadas racistas aparecido ayer en Latino.com)
Mirtha Silva se acerca a ver qué está pasando justo afuera del metro Callao y, al ver que se trata de una recreación-denuncia de las redadas racistas en Madrid se queda mirándolo todo muy atentamente.
"Pensé que esto no le interesaba a nadie", susurra sin perder de vista a los actores que esposan sólo a personas con rasgos extranjeros.
Esta peruana, que justo ha quedado en Callao con un abogado para iniciar los trámites de reagrupación de sus hijos, se indigna al ver la pequeña obra de teatro basada, lamentablemente, en la más cruda realidad de tantos y tantos inmigrantes.
"Esto es así, sólo piden los papeles a los más morenitos". Piensa en su amiga y compatriota a la que no volvió a ver después de que los policías la pararan en Plaza Elíptica, la llevaran al CIE de Aluche y al día siguiente la deportaran a Lima.
"No la dejaron recoger sus cosas o avisar a alguien que se iba para que se las recogiera. Se fue con lo puesto, con lo que se puso esa mañana, así regresó al país", cuenta Mirtha con una mezcla de rabia y tristeza.
"Mi amiga llevaba tres años aquí, había venido con contrato de trabajo, lo que pasa es que se quedó en el paro y no pudo renovar", continúa narrando Mirtha, "pero ya le habían ofrecido algo cuando la detuvieron. Ella me llamó a los dos días y le digo 'pero tú dónde estás que no me coges el móvil'. 'En Lima', me respondió. Yo no lo podía creer. Allá está, tratando de volver, pero es muy difícil. Ella aquí tenía su vida hecha".redadas
La ecuatoriana Marilyn, su madre y su hermano, también se acercan a ver las fotos de Edu León y Olmo Calvo que denuncias las redadas y la performance que se está llevando a cabo en la Plaza de Callao.
La respuesta a si han visto o vivido algo así es, otra vez, "sí".
"Yo estaba en una discoteca con una amiga en General Ricardos (Eugenia de Montijo) hace 15 días, serían como las dos de la mañana, estábamos bailando y de pronto entran diez policías de civil, la secreta", cuenta Marilyn, "se pusieron uno en cada esquina de la sala y entonces apagaron la música y prendieron las luces. A las chicas nos llevaron al baño dos policías mujeres y nos obligaron a levantarnos la camiseta y el sujetador".
Esto último, esta "humillación" es lo que sigue doliendo a esta chica que cuenta que "lo único que hacíamos era bailar, divertirnos, nada más". "Yo me negué a levantarme la camiseta, pero a todas las otras chicas les hicieron hacerlo".
Desde luego le pidieron la documentación a todos los presentes, muchos de ellos jóvenes de origen latinoamericano.
"No vi a cuántos se llevaron, pero sí vi a una chica que la sacaban llorando, el novio sí tenía papeles y trató de pedirles que no se la llevaran, pero igual la detuvieron. Los había visto bailando, no estaban haciendo nada malo, pero se llevaron a esa chica como a una delincuente".
El peruano Manuel Antonio Vega vive en Alovera (Guadalajara), pero se ha acercado a Madrid a despedir a su suegro que viaja. Decidió quedarse en la Plaza de Callao viendo (y mostrando a su hija pequeña) la protesta contra las redadas racistas en Madrid.
Tanto sus cuñados, como sus primos, como su esposa cuando viene de visita a Madrid han sido víctimas de las redadas racistas en Aluche.
"Ahí es todo el tiempo", cuenta con su niña en brazos, "además tratan muy mal, no saben pedir los papeles con maneras, agrupan a la gente como animales para que los demás los vean y los señalen: todos extranjeros, claro, ¿qué pensarán de nosotros los que pasen por ahí? Es que eso es una humillación tremenda", se indigna Manuel Antonio, mientras reconoce que en el pueblo eso no es muy frecuente, aunque a veces "sí hay controles en la Renfe". redadas
¿Y qué opinan los jovencitos, nuestros hijos, de la persecución policial?
David Mendieta, Kimberly Mendieta, Mishell Herrera, Maholy Mejía y Cristian Miranda han venido al centro a acompañar a una de sus amigas a hacerse un piercing ("no me dejaron porque no tenía autorización de mis padres").
Este grupo de amigos, que rodean los 17 años, también ha vivido en carne propia el acecho de la policía a las personas que tienen rasgos extranjeros. Ellos y sus padres.
David cuenta que a él lo pararon en Pueblo Nuevo: "el agente me hizo sentarme en el suelo, pero como venía de hacer deporte me dio un tirón en la pierna, me levanté y ahí mismo me pegó, le pedí su número de placa, pero me dijo que a mí ese número me importaba una puta mierda".
David lleva diez años en España y ya es español como la gran mayoría de sus amigos.
Otro joven, que prefiere no dar su nombre, cuenta que a su padre le han pedido "como 15 veces" la documentación porque "es portero de un club".
Los puntos geográficos: "metro Pueblo Nuevo", "metro Portazgo", "metro Villa de Vallecas", "metro Aluche" no son para estos chicos estaciones de tren, sino peligrosos centros de redadas policiales.redadas
"Le sacamos el carnet y nos dejan ir", comenta Kimberly, "pero es molestoso", añade Mishell.
Aún así abren una puerta de esperanza a un futuro sin redadas.