(A continuación publicamos un artículo sobre las redadas racistas aparecido hoy en Público)
“Constituye infracción grave la provocación de reacciones en el público que alteren o puedan alterar la seguridad ciudadana.” -Artículo 23.h de la Ley sobre Protección de la Seguridad Ciudadana-
Si van por la calle y ven a unos policías pidiendo los papeles a todo el que tenga pinta de extranjero –de extranjero pobre, claro-, sacándolos incluso de bares, locutorios y transportes públicos, no sean mal pensados: no es una redada indiscriminada basada en criterios racistas, qué va, esas cosas no pasan aquí.
Vale que son muchos los que dicen que sí, que hay redadas, y frecuentes: el Comité de la ONU contra la discriminación racial, que la semana pasada nos sacó los colores; asociaciones de inmigrantes y colectivos sociales; Cáritas, que asegura que suceden incluso en sus centros; abogados, juristas y hasta el Sindicato Unificado de Policía, cuyo responsable criticó en el Congreso las órdenes que reciben.
No sólo ellos: cada vez más ciudadanos son testigos de estas redadas, pues basta pasear por cualquier barrio con población inmigrante, o quedarse un rato en una plaza concurrida, y no tardan en aparecer los coches policiales. Pero Interior insiste en negarlo, así que estén tranquilos si lo ven: no es lo que parece.
Si pese a todo, ustedes lo ven y piensan que sí, que sí es lo que parece, agachen la cabeza y sigan su camino. Ni se les ocurra mirar, y mucho menos preguntar, no sea que les caiga una multa como ya han sufrido varios ciudadanos a los que perdió la curiosidad. Y ni locos hagan fotos, o les pasará como al fotógrafo Edu León, que lleva meses entrando y saliendo de comisarías y juzgados.
¿Todavía no se han convencido? ¿No les sale lo de hacer la vista gorda? Ya veo, ustedes son capaces de avisar, o incluso unirse, a las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos que han surgido en varios barrios, donde vecinos organizados se visten chalecos naranjas y defienden los derechos de los inmigrantes.
Estos voluntarios, que no miran para otro lado ni pasan de largo, están sufriendo denuncias y multas por “provocar reacciones en el público que alteren la seguridad ciudadana”. Uno pensaría que es al revés, que son las redadas las que alteran la seguridad en las calles, pero se ve que no.