Publicamos a continuación una entrevista publicada por enlatino.com a Tohil Delgado, Secretario General del Sindicato de Estudiantes.
Tohil Delgado es menudo, tiene el pelo y la barba oscuras.
Habla rápido y se expresa de forma inteligente no sólo con su voz, sino también con sus ojos.
Nuestra conversación transcurre en la sede del Sindicato de Estudiantes, en Carabanchel, el mismo barrio donde tuvo lugar la negra madrugada del pasado domingo 3.
Fue en la calle De la Oca de Madrid sobre las 2 de la mañana, Tohil había salido a pasear al perro con su novia.
De pronto, según nos cuenta, escucharon los gritos de una mujer.
“El grito era de desesperación y pensé que te trataba de un atraco, de una agresión, lo que no imaginé es que fuera un policía”, recuerda Tohil.
“Me fui sacando el móvil para grabar y cuando cruzo al otro lado de la calle de donde venían los gritos veo a un policía nacional dándole una auténtica paliza a una mujer. Lo único que se me ocurrió fue ponerme delante de su cara para grabarlo, que viera que no podía hacer eso”.
A partir de ese instante, el joven se vio involucrado en una historia terrible:
“el policía de la paliza llamó a otro que me retuvo y luego vino a mí: me dio dos bofetadas, un porrazo, me caí y en el suelo me pisó la espalda, luego me esposó, me llevó al coche y allí me dijo ‘yo a ti te voy a matar’”.
Su novia, que se había quedado cerca, llamó al Sindicato de Estudiantes, del que Tohil es el secretario general.
Sus compañeros empezaron a llamar y a hacer guardia fuera de la comisaría de Carabanchel.
Detenido junto con una familia ecuatoriana (de la que la mujer golpeada era miembro), el chico denuncia que fue golpeado nuevamente en una sala pequeña (“ahora vas a ver lo que es bueno, ¿tú no sabes que a la policía no se la puede grabar?”) por el mismo policía de la agresión.
Luego vino otro agente y detuvo al golpeador.
Dejaron de pegarle.
¿Tú de dónde eres?, asegura que le preguntaban una y otra vez y a la respuesta de “español” contestaban: “¿pero antes qué eras?".
“Estaban obsesionados con si yo era o no inmigrante”, explica, “pensaban que si yo era extranjero podían hacer lo que fuera conmigo, por eso dejaron de pegarme cuando llegaron los del Sindicato y dijeron quién era yo, eso demuestra el carácter racista de su actuación”.
Tras 40 horas de detención, liberaron a Tohil (aunque no le devolvieron su móvil) y a los otros seis detenidos.
LA OTRA VERSIÓN
Según fuentes de la Policía, los ecuatorianos implicados en el suceso estaban intentando aparcar causando daños a los otros coches por estar borrachos y cuando les llamaron la atención salieron huyendo.
Al darles alcance (según los uniformados) los ecuatorianos respondieron con golpes y por eso fueron reducidos y detenidos.
Se les acusa de resistencia y atentado a la autoridad, pero ellos ya han dado su versión en una denuncia.