Sindicato de Estudantes Galiza

La decisión del ministro de Universidades, Manuel Castells, de continuar con el curso académico de forma telemática ha causado una gran indignación en toda la comunidad educativa y está multiplicando la incertidumbre que millones de estudiantes de familias trabajadoras sentimos.

Hemos sido muchos y muchas quienes hemos exigido la finalización del curso y la suspensión de los exámenes, y hemos señalado todas las dificultades que aquellos estudiantes con menos recursos acarrearemos si no se toman estas medidas: el profesorado no ha tenido acceso a una formación suficiente para poder dar clase online y hacer un seguimiento de calidad e individualizado, las plataformas educativas existentes son puramente complementarias y precarias en muchos casos, la programación y los contenidos –así como el número de estudiantes por grupo– están diseñados expresamente para las clases presenciales y, sobre todo, 36.000 estudiantes universitarios tienen dificultades tecnológicas para seguir el curso.

Una de las zonas más afectadas por esta situación está siendo Galiza. Según una encuesta de la Universidad de A Coruña –donde estudian 15.600 alumnos–, más de un 20% tiene problemas de conexión o les falla habitualmente. En la misma línea, una profesora de 1º de la ESO denunciaba que era incapaz de conectar con el 40% de sus alumnos. La brecha digital es abismal y de nuevo somos los estudiantes de familias trabajadoras quienes pagamos las consecuencias.

Todo ello, a lo que se suma la inacción del Gobierno, la Xunta y los rectorados, dejando a nuestra suerte si podemos o no sacarnos el curso, ha provocado que miles de estudiantes de las tres universidades de Galiza nos hayamos plantado y hayamos secundado la huelga convocada desde el 16 de abril por ANEGA.

Desde el Sindicato de Estudiantes apoyamos esta convocatoria y exigimos:

1. Que todos los estudiantes obtengamos el apto general y promocionemos el curso para que nadie sea expulsado de la Universidad. Que aquellos que puedan acceder a los exámenes online y estén en condiciones de poder presentarse, puedan mejorar sus notas haciéndolos.
2. Devolución íntegra de las matrículas universitarias del segundo semestre y del pago de los alquileres y residencias universitarias desde el mes de marzo.
3. Ampliación drástica del plan de becas.
4. Para acabar con la brecha digital y las condiciones que nos impiden acceder a una educación de calidad, puesta en marcha de un plan de rescate a la universidad pública.

La huelga estudiantil está teniendo tanto impacto que en pocos días el rector de la Universidad de Vigo intentaba desprestigiar nuestra lucha: “la gran mayoría de reivindicaciones están ya solventadas o en proceso de hacerlo”, “las clases se siguen a un ritmo normal gracias a la puesta en marcha del llamado Campus remoto” o “se ha hecho un gran esfuerzo para adaptarse en tiempo récord a un nuevo modo de enseñanza”. Sí, esfuerzo estamos haciendo y mucho, ¡pero los estudiantes y los profesores! Las administraciones educativas no están haciendo ningún esfuerzo, al contrario, están garantizando que los alumnos con más recursos económicos y materiales puedan continuar con sus estudios. Mientras, quienes venimos de familias humildes -que somos una auténtica minoría en la universidad- estamos ante un precipicio, viendo como perderemos el curso académico o directamente, seremos expulsados de la Universidad ante la imposibilidad de seguir el ritmo de trabajos, aprobar las asignaturas, pagar el precio abusivo de las segundas y terceras matrículas o por la situación económica que están sufriendo nuestros familiares víctimas de ERTEs y despidos.

Por un plan de rescate a la Universidad pública gallega

La ambigüedad del Ministerio de Universidades y de Educación en todas las medidas adoptadas está abriendo la puerta a la demagogia de la derecha. De hecho el gobierno del PP en la Xunta de Galiza, con Feijóo a la cabeza, que hace pocos meses iniciaba la tramitación de la primera Universidad privada en la comunidad, ahora se está intentando presentar como la firme defensora de “la igualdad” entre estudiantes. ¡Qué poca vergüenza! ¡Si son los mismos que han estado regalando dinero público a los empresarios que han llenado sus bolsillos a costa de desmantelar la educación y la sanidad gallegas! No nos engañan.

Si el Gobierno central realmente quiere acabar con la creciente brecha social que existe en el sistema educativo -en Galiza y a nivel estatal– debe escuchar las reivindicaciones de esta huelga y las consignas que durante años hemos levantado en las calles y poner en marcha un plan de rescate a la educación y universidad públicas. Las declaraciones del ministro Castells, planteando que está situación marca el camino del modelo universitario que se debería implementar -mitad presencial, mitad online- es un insulto al sufrimiento que millones de estudiantes sentimos en estos momentos. Que dejen de regalar 100.000 millones de euros a los empresarios y banqueros y doten de recursos económicos a la educación y universidad públicas, para que ésta última deje de ser un coto privado de privilegiados sociales y sea accesible a todos y todas. Para ello, deben garantizar la gratuidad de la enseñanza de infantil a la Universidad, derogar todas las contrarreformas, dotar de recursos tecnológicos y materiales nuestras facultades, ampliar drásticamente el plan de becas, suprimir la selectividad y las notas de corte… Esto sí que sería un auténtico “escudo social” y no lo que nos intentan vender hoy.

La huelga que los y las estudiantes gallegas estamos impulsando es un ejemplo de cómo conseguiremos nuestros derechos. Os animamos a todas y todos a difundir esta acción y a estar atentos de nuestras redes sociales y webs para seguir coordinados y coordinadas ante cualquier ataque. Y cuando termine el confinamiento, la comunidad educativa, padres y madres, profesores y alumnos, debemos volver a levantar la bandera de la Marea Verde en las calles. La lucha ha sido, es y será siempre el único camino.

¡Apoya la huelga en las universidades gallegas!

¡Únete al Sindicato de Estudantes!

* * * * 

Os universitarios galegos en folga ante o abandono do Ministerio de Universidades

A decisión do ministro de Universidades, Manuel Castells, de continuar co curso académico de forma telemática causou unha gran indignación en toda a comunidade educativa e está a multiplicar a incerteza que millóns de estudantes de familias traballadoras sentimos.

Fomos moitos e moitas quen esiximos a finalización do curso e a suspensión dos exames, e sinalamos todas as dificultades que aqueles estudantes con menos recursos carrexaremos se non se toman estas medidas: o profesorado non tivo acceso a unha formación suficiente para poder impartir clase online e facer un seguimento de calidade e individualizado, as plataformas educativas existentes son puramente complementarias e precarias en moitos casos, a programación e os contidos –así como o número de estudantes por grupo– están deseñados expresamente para as clases presenciais e, sobre todo, 36.000 estudantes universitarios teñen dificultades tecnolóxicas para seguir o curso.

Unha das zonas máis afectadas por esta situación está a ser Galiza. Segundo unha enquisa da Universidade da Coruña –onde estudan 15.600 alumnos–, máis dun 20% ten problemas de conectividade e a conexión fállalles habitualmente e, na mesma liña, unha profesora de 1º da ESO denunciaba que era incapaz de conectar co 40% dos seus alumnos. A fenda dixital é abismal.

Todo iso, ao que se suma a inacción do Goberno, a Xunta e os reitorados, deixando á nosa sorte se podemos ou non sacarnos o curso, provocou que miles de estudantes das tres universidades de Galiza nos plantásemos e secundásemos a folga convocada desde o 16 de abril por ANEGA.

Desde o Sindicato de Estudantes apoiamos esta convocatoria e esiximos:

1. Que todos os estudantes obteñamos o apto xeral e pasemos de curso para que ninguén sexa expulsado da Universidade. Que aqueles que poidan acceder aos exames online e estean en condicións de poder presentarse, poidan mellorar as súas notas facéndoos.
2. Devolución íntegra das matrículas universitarias do segundo semestre e do pago dos alugueres e residencias universitarias desde o mes de marzo.
3. Ampliación drástica do plan de bolsas.
4. Para acabar coa fenda dixital e as condicións que nos impiden acceder a unha educación de calidade, posta en marcha dun plan de rescate á universidade pública.

A folga estudantil está a ter tanto impacto que en poucos días o reitor da Universidade de Vigo tentaba desprestixiar a nosa loita: “a gran maioría de reivindicacións están xa liquidadas ou en proceso de facelo”, “as clases séguense a un ritmo normal grazas á posta en marcha do chamado Campus remoto” ou “fíxose un gran esforzo para adaptarse en tempo récord a un novo modo de ensino”. Si, esforzo estamos a facer e moito, pero os estudantes e os profesores! As administracións educativas non están a facer ningún esforzo, ao contrario, están a garantir que os alumnos con máis recursos económicos e materiais poidan continuar cos seus estudos mentres quen provimos de familias humildes -que somos unha auténtica minoría na universidade- estamos ante un precipicio, vendo como perderemos o curso académico ou, directamente, seremos expulsados da Universidade ante a imposibilidade de seguir o ritmo dos traballos, aprobar as materias, pagar o prezo abusivo das segundas e terceiras matrículas ou pola situación económica que están a sufrir os nosos familiares vítimas de ERTEs e despedimentos.

Por un plan de rescate á Universidade pública galega

A ambigüidade do Ministerio de Universidades e de Educación en todas as medidas adoptadas está a abrir a porta á demagoxia da dereita. En Galiza, a Xunta de Feijóo, quen fai poucos meses iniciaban a tramitación da primeira Universidade privada na comunidade, están a tentar presentarse como os firmes defensores da “igualdade” entre estudantes. Que pouca vergoña! Se son os mesmos que estiveron regalando diñeiro público aos empresarios que encheron os seus petos á conta de desmantelar a educación e a sanidade galegas! Non nos enganan.

Se o Goberno central realmente quere acabar coa crecente brecha social que existe no sistema educativo -en Galiza e a nivel estatal– deben escoitar as reivindicacións desta folga e as consignas que durante anos levantamos nas rúas e poñer en marcha un plan de rescate á educación e universidade públicas. As declaracións do ministro Castells, expondo que está situación marca o camiño do modelo universitario que se debería implementar -metade presencial, metade online- é un insulto ao sufrimento que millóns de estudantes sentimos nestes momentos. Que deixen de regalar 100.000 millóns de euros aos empresarios e banqueiros e doten de recursos económicos á educación e universidade públicas, para que esta última deixe de ser un coto privado de privilexiados sociais e sexa accesible a todos e todas. Para iso, deben garantir a gratuidade do ensino dende infantil á Universidade, derrogar todas as contrarreformas, dotar de recursos tecnolóxicos e materiais as nosas facultades, ampliar drasticamente o plan de bolsas, suprimir a selectividade e as notas de corte… Isto si que sería un auténtico “escudo social” e non o que nos tentan vender hoxe.

A folga que os e as estudantes galegas estamos a impulsar é un exemplo de como conseguiremos os nosos dereitos. Animámosvos a todas e todos a difundir esta acción e a estar atentos ás nosas redes sociais e webs para seguir coordinados e coordinadas ante calquera ataque. E cando remate o confinamento, a comunidade educativa, pais e nais, profesores e alumnos, temos que volver levantar a bandeira da Marea Verde nas rúas. A loita foi, é e será sempre o único camiño.

Solidariedade coa folga nas universidades galegas!

Únete ao Sindicato de Estudantes!